ADIPOSIDAD LOCALIZADA

Las adiposidades localizadas durante años fueron consideradas como una consecuencia del aumento de peso general o de la obesidad. Con estudios metabólicos y endocrinológicos mas profundos quedó claramente establecido que la adiposidad localizada, llamada también obesidad localizada, responde a mecanismos y causas distintas que la obesidad general, pudiéndose definir como una situación totalmente independiente, que a veces puede o no acompañar al sobrepeso.

Es probable que algunos malos resultados obtenidos en el tratamiento de esta problemática se deban al mal diagnóstico del origen y a las causas del trastorno. Es muy importante tener en cuenta la forma corporal que cada persona tiene preestablecida, por herencia o genética, factores hormonales, metabólicos, circulatorios, etc. y fundamentalmente por factores predisponentes. La ubicación preponderante de estas adiposidades en la mujer es en la cara externa de las piernas (también llamada en pantalón de montar); en abdomen, en los flancos o costados del abdomen superior, y a nivel de cara interna de las rodillas, entre otras.

Muchas veces junto con la adiposidad se puede sumar la celulitis y también trastornos circulatorios, lo que implicaría una terapéutica distinta y complementaria.

Queda claro entonces que al momento de decidir un tratamiento para la adiposidad localizada es conveniente hacer un riguroso diagnóstico, con criterio médico y no cosmético.

Para obtener buenos resultados, se deben distinguir en principio dos grandes grupos de pacientes: los que tienen adiposidad localizada con sobrepeso y los que solamente presentan adiposidad.

Es necesario comprender que si se realiza una acertada evaluación de cada caso en particular, será mas sencillo elegir criteriosamente una conducta terapéutica, la misma debiera ser efectuada por profesionales idóneos y tener presente que la magia en medicina no existe y que se necesita contar con tiempo, perseverancia y esfuerzos por alcanzar las metas propuestas.